martes, 23 de octubre de 2012

DE ÉXITOS Y OTRAS LOCURAS

Recién desembarcados de un proceso electoral, donde la mayoría no ha elegido a nadie, porque no se ha presentado a la cita, resulta haber sido elegido, de modo mayoritario, el partido que ha caído menos.  Parece un caso de preescolar donde un cielo enladrillado no tiene quien lo desenladrille. Pero, no, la mitad que acudió, como en el juego de preescolar de la "pita", ha elegido por ellos y por todos sus compañeros. 
Mitad de votantes pero mismos votados. Regla de oro. "Pague usted la mitad de la merluza, que se la endiñaremos toda". 
La perplejidad no debería ser pequeña, pero no. En tanto que, por arte de birlibirloque, cuantos peores resultados, más representantes, vender un éxito de taquilla y público parece un tanto atrevido. 
Más allá de cifras y papeletas, que para los fieles de cada sigla parecen más papelinas, subirse al púlpito para vender las virtudes de los panes y los peces de tu mesías el día en que la cruda realidad te dice que no son suficientes para aplacar el hambre que ha vuelto a florecer en tu "paraíso", tampoco parece motivo suficiente de tanta algarada. 
La señora, que aplaca la sed con refrescante agua a precio de perfume, debería abrillantarse los labios con "super glue", para garantizarnos una prudencia que evite los sonrojos. 



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