miércoles, 8 de mayo de 2013

DE TOCAR FONDO Y OTRAS CAIDAS

Desde hace siglos el ser humano conoce la ley de la gravedad y se ha pasado todo este tiempo estudiando sus efectos. Se han analizados sus efectos en caída libre; en tiro parabólico; en tiro vertical; con rozamientos y sin ellos; y, así, uno tras otro detalle que desde el punto de vista de la física resultase de interés.

La ciencia aplicada a las relaciones humanas ha pasado por alto esta ley y sus implicaciones en las relaciones entre los individuos.

Desde hace, al menos, 5 años venimos oyendo que hemos tocado fondo en este proceso de caída libre, imparable, en parte gravitacional y, en otra, empujados por la losa que supone un sistema de organización social y política que permite que, en contra de todas las leyes de la ciencia; lo más pesado de la sociedad, es decir, aquellos que más acumulan, se sitúan sobre las capas menos pesadas y los presiona todavía más en este proceso descendente.

Salvo que nuestra curva descendente sea un proceso con cientos de mínimos locales, es imposible tocar infinitos fondos sin dejar de caer. En las relaciones sociales, las cuestiones matemáticas de mínimos relativos tienen tan poca influencia como credibilidad. Caemos, sí, sin fondos, sí y, en esta aproximación al abismo, podemos aceptar que los lodos de este solar están muy próximos. Si sumamos al riesgo de esta caída sin red el riesgo del inminente impacto contra el suelo, podríamos plantearnos los escenarios posibles del post impacto.

Durante el descenso, las fuerzas que nos empujan hacia el suelo, nos han despojado de bienes, posesiones y derechos, desnudándonos de tal modo, que nos vamos quedando desnudos y enfrentados única y exclusivamente a nuestras miserias y necesidades.

Estamos, pues, en el punto de partida desde el que iniciamos, hace siglos, el viaje ascendente en la búsqueda de un punto más elevado que nos proporcionara un bienestar de luz y mejores vistas.

Desnudos y desposeídos de todo lo ganado en el viaje ascendente, nos aproximamos al momento del impacto contra el tan anunciado fondo con una duda existencial: será nuestro fin o nuestro punto de inflexión?

Una duda de ese calibre no puede obtener respuesta en un proceso tan delicado. En una situación de pánico, las reflexiones se sustituyen por los más básicos instintos, algo de lo que se aprovechan los que empujan para alcanzar los acuerdos más ventajosos posibles. En una situación de pánico todos consideramos que los derechos que nos hemos ganado y de los que nos hemos dotado, son absolutamente intercambiables por la supervivencia.

Por ello, en esta aproximación al impacto contra el fondo y tras despojarnos de todos nuestros derechos, me permito la licencia de pensar que, a este tocar fondo no le acompaña un rebote, sino un seguir escavando.















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